viernes, 20 de noviembre de 2020

Cuando un amor se va

Cuando un amor se va, llega la desesperación, porque el cariño vuela de la nada y no hay nada que logre consolar el alma ni dolor que habita en el corazón que queda por la ausencia de un gran amor. Lo único de lo que dan ganas es llorar, llorar y seguir llorando, hasta que los ojos pesan y arden para terminar quedándose dormido.

Cuando un amor se va, sientes un vacío muy profundo que se cree que nada, ni nadie lo llenará, se siente una soledad única que nadie entenderá, porque no son tú, no saben que lo estás sintiendo, ni lo que quisiste a esa persona. Es inevitable no llorar de la nada o quedarse mirando lejos, tratando de encontrar una respuesta o una solución.

Cuando un amor se va, es inevitable no pensar en los miles de momentos que se pasaron juntos, no extrañar cada abrazo, beso, caricia, risas o cualquier muestra de cariño o momento vivido, por más insignificante que hubiera sido. Y todo eso duele, más cuando se quiso de verdad, cuando se apostó todo por esa persona y cuando esa persona era tu otra mitad.

Cuando un amor se va, las personas solo te dirán “vas a salir de esta”, “ya encontraras a alguien mejor”, “enfócate en avanzar”, “debes aprender a soltar e intentar avanzar”, “ni tu vida ni tu felicidad depende de esa persona”, “debes aceptarlo y afrontarlo”. Todo es fácil decirlo, pero todo es un proceso, donde a unos les toma más tiempo que a otros, sobre todo si a esa persona aún se le quiere y hace falta.

Cuando un amor se va, es cuando más preguntas se hace uno, cuando más “¿por qué?” se asoman sin una respuesta, cuando más coraje te da, porque pasan los días, semanas y meses y la persona que se fue no da ni el más mínimo signo de que tu importas. Y te preguntas “¿acaso nunca fui importante?”, esa persona se fue, pero es duro aceptarlo y más cuando aún lo quieres y duele demasiado, porque su ausencia e indiferencia te torturan cada día, te cuestionas todo lo que se vivió. Si todo fue real, pero se fue sin impórtale qué y cómo te sientes, porque al final todos somos egoístas y solo pensamos en sí mismos y no en el otro.

Cuando un amor se va, tratas de seguir como si nada, trabajar, enfocarte y distraerte en algo, pero de un momento a otro el recuerdo y la ausencia de esa persona regresan de la nada, y por más que quieras sacarlo de ti y olvidar para poder sanar poco a poco sabes que “un amor así no se olvida”. Pero en el fondo, se espera que ese día en que ya no duela llegue,  y ese día,  poder seguir adelante.